Comparto un nuevo fragmento de Frank Ostaseski que me toca especialmente estos días.
«La esperanza madura requiere tanto una intención clara como una renuncia simultánea. No depende de los resultados. De hecho, está vinculada a la incertidumbre, porque nunca sabemos que pasará después. La esperanza radica en el potencial de nuestra respuesta, no en que las cosas salgan de determinada manera. Es una orientación del corazón, sustentada en el valor y en la confianza, en nuestra bondad humana básica, no en lo que podemos lograr.»
del libro Las cinco invitaciones de Frank Ostaseski